Si me hubieran dicho hace 20 años que en la empresa haríamos frente a una crisis sanitaria mundial, no lo hubiera creído y mucho menos, hubiera creído todos los cambios efectuados a toda prisa y sin previsión alguna. Nunca antes , nos habían puesto tan a prueba.

Llegados a este punto, aun en mitad del proceso y en recuperación. Me siento exhausta.

El parón desde el 13 de Marzo del año pasado ha sido mundial, pero en la cabeza de los empresarios , no ha existido. Es más, creo haber echo un maratón a contracorriente de ideas, procesos y novedades sin precedentes y todo gestionado des de la incertidumbre, soledad y riesgo de los primeros días de confinamiento.

Los escenarios se truncaron de un día para el otro. Estábamos en pleno crecimiento, desarrollando estructuras nuevas, afianzando el proyecto después de tantos años y de golpe, nuevo paradigma. Conscientes que vivimos una época histórica, nos tocó la realidad que muchos otros en libros de historia habíamos visto sufrir.

Ciertamente en 20 años de profesión no había visto tanto el abismo de lo construido y la valoración de lo que podía perder. Uno se autocrítica y ha sido un tiempo para auto valorar rápidamente el estado de nuestras empresas. Pero los talleres como los nuestros, no pueden parar, ni teletrabajar. Los autónomos, no podemos detenernos demasiado tiempo a pensar lo sucedido y esto es algo, que también con el tiempo, noto que pasará factura. Mientras el resto de la población estaba en ERTE, los autónomos hemos seguido al pie del cañón, sufriendo por el hijo elegido, por negocios que para nosotros son imperios, por sueños que no dejamos caer ni por una pandemia. Y los que así hayamos podido superar el bache, aprenderemos a sostener, para la próxima que seguro dicen, vendrá.

A un lado los pedidos llenos de incertidumbres. Nos dimos cuenta que podíamos aportar materiales llenos de valor en estos momentos sin muchos cambios estructurales ni de materias primas.

Y después de investigar y proveernos de lo necesario, estábamos fabricando pantallas faciales, mamparas de metacrilato y los famosos “salvaorejas”. La aceptación fue tan grande, que en pocas semanas recibimos hasta donaciones económicas de particulares no afines a la empresa, para contribuir en la compra de materiales y la distribución de “salvaorejas” para todos los hospitales que así lo requerían. Nos llegaron peticiones de Madrid, Segovia, Mallorca , Inglaterra y por supuesto Barcelona por la cercanía. A todos ellos , enviamos materiales. Más de 10.000 unidades que repartimos sin coste, puerta a puerta y desinteresadamente porque lo principal, a demás de salvar nuestros negocios, era salvar nuestra sociedad. De algún modo tuvimos que caminar con la pandemia, que es lo que aprendimos a hacer desde el mes de Marzo de 2020. Y esta andanza no fue en vano, pues nos enseño nuevas necesidades, nuevos métodos y nuevas leyes.

Y empezamos a construir nuevas lineas. A fabricar mascarillas de tela fpp2 certificadas a marchas forzadas, a distribuirlas, a encontrar sinergias valiosísimas con empresas que a partir de ahora serán compañeras de batalla de por vida. En tiempos de incerteza, hemos buscado manos amigas, colaboraciones de confianza y nuestros consumidores también.

El nuevo coronavirus nos ha puesto a prueba, empresas y sociedad, personas y profesionales. Nos ha descubierto que quien no se adapta, se queda atrás, quien no colabora no suma y quien no se levanta las mangas, esta fuera de este juego. La fragilidad esta en el aire.

Cómo afrontaremos la era post Covid dependerá de cómo nos relacionamos con el medio, como de un camaleón nos tratasen, lo básico será saber que:

  • El consumidor post Covid-19 apostará por un consumo de proximidad y por la búsqueda de confianza (la confianza que nos ha faltado en esta crisis). El instinto de protección impulsará la tendencia. Tener controlado el abastecimiento será crucial. Y la globalización tendrá que redefinirse, porque el miedo ha sido evidente.
  • Nuestras campañas de marketing serán imprescindibles, deberán aportar contenidos y mejorar nuestra reputación. En este escenario, nuestros clientes tendrán menos poder adquisitivo pero grandes dotes críticas. Recordemos que todos hemos aprendido mucho en esta pandemia y el parón nos ha echo reflexionar. El marketing y nuestro sector, tendrá que redirigirse hacia un contenido más social. Porque tanto los consumidores, como nosotros, depositaremos nuestra confianza en aquellas empresas que hayan demostrado estabilidad en medio de un escenario inestable y valores humanos en medio de tanto miedo, no oportunismo.
  • La Digitalización será obligatoria y es una gran oportunidad. Solo hace falta ver que podemos estar cerca de nuestros clientes, aun estando cerrados. Es cierto que todo tiene su adaptación, pero este nuevo escenario nos brinda nuevas formas de relacionarnos con nuestros clientes y nuestros proveedores.
  • Y por ultimo y creo que lo hemos tenido presente en nuestra asociación, nos hace falta una gran dosis de humor. Lo sabemos todos, en tiempos difíciles, la distensión y la risa ayuda a ver la vida con un poquito más de perspectiva.

Son momentos de sumar y una asociación como la nuestra, es una herramienta básica para afrontar un cambio social y económico como el que estamos viviendo. Si no es así, si no estamos sumando, es que no estemos comprometidos en el cambio. Todas las empresas somos responsables de mantener la confianza de los consumidores, de reestructurar el mercado , de darle valor y sobretodo de reactivar nuestra economía.